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NO TE CONFORMES

Hace unos días hice un par de encuestas sobre los hábitos de mis seguidores a través de mi cuenta de Instagram. Pregunté a mis seguidores si sentían que en su día a día tenían los hábitos correctos para ayudarles a conseguir sus objetivos. Para mi sorpresa, la mayoría de gente respondió SI (apenas un 2% del total respondió NO). Rápidamente me asaltó la duda de si la gente no había comprendido correctamente mi pregunta. Porque, no nos engañemos, alinear los hábitos con el objetivo de cada uno es muy difícil. Luego pensé que tal vez el problema residía en que no todo el mundo tiene un objetivo claro y definido. Y finalmente pensé que tal vez esos objetivos no eran lo suficientemente grandes, que se conformaban. Opino que cada uno es muy libre de conformarse con lo que tiene, de ser feliz y sentirse completo sin aspirar a más. Pero por mi forma de ser y pensar, no puedo evitar que esa forma de ser me resulte un poco triste. Odio el conformismo. Me parece una lacra de nuestra sociedad. Creo que el conformismo significa la muerte de la grandeza. Creo, incluso que es una muestra de debilidad. Porque cuando nos conformamos nos estamos cerrando las puertas a lograr grandes cosas. Cuando nos conformamos estamos diciendo no a nuestros sueños y a la mejor versión de nosotros mismos. Porque todos, absolutamente todos nacemos con el mismo potencial para conseguir todo aquello que queramos conseguir. Todos tenemos dentro la capacidad de decidir quién queremos ser, y de pelear por ello.

Por eso yo no me conformo. Yo trato de pelear cada día por acercarme un poco más a mis objetivos. Intento que todos los pasos que doy estén encaminados a alcanzar las metas que me he marcado. Hay días en los que es muy difícil encontrar las fuerzas para pelear, pero hay que hacerlo, hay que darlo todo, día a día. Hay días en los que me siento superado por la situación, en los que pienso que no soy suficientemente fuerte para sobrellevar los problemas, días en los que no veo salida, pero aún así me resisto a tirar la toalla. Porque nunca, nunca, nunca, nunca hay que rendirse. Nunca hay que conformarse. Desde aquí te animo a que no te conformes, que examines detenidamente cuales son tus objetivos y que los multipliques por 10. Y entonces, empieza a trabajar duro para conseguirlo, alinea tus hábitos para lograr esos objetivos.

Si quieres que te ayude a examinar tus objetivos y a alinear tus hábitos no dudes en mandarme un e-mail a info@jaumecullell.net.

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